Roberto Cossa y el debutante Pablo Ini enfocan a la clase media en "El regalo de mamá"

El actor y autor novel Pablo Ini estrenó "El regalo de mamá", en el Teatro Nacional Cervantes, con una visión coincidente sobre la clase media argentina a "No hay que llorar", de Roberto "Tito" Cossa, que se repuso en la sala Belisario.


Las dos obras que integran la cartelera porteña analizan el comportamiento de ese sector venal que Arturo Jauretche bautizó "el medio pelo argentino", permeable a los individualismos e intereses más mezquinos, y lo hacen con gracia y buen uso de la ironía.

A más de tres décadas del estreno de la de Cossa, la pieza de Ini sorprende por una construcción que parece partir de la nada y sufre un crecimiento escénico formidable, y aunque evitan el subrayado político, la realidad argentina se hace patente en ambas.

Hijo de un hombre de negocios, el personaje de Ini tiene un difícil encuentro con su familia, integrada por su madre (María de Cousandier), su hermana tilinga (Carla Vidal) y un hermano que oculta su homosexualidad (Luis Gianneo), en ocasión de elegir el regalo del título.

La madre está acostumbrada al gran consumo y aspira a algún crucero por los mares del mundo, incentivada por el poder económico de su marido empresario, pero esas ilusiones pronto se volverán imposibles.

Aunque ella lo niegue con porfía, el hombre desaparecerá con toda su fortuna y su joven secretaria, la madre sufrirá un patatús que la deja postrada y la familia se verá sumergida en la miseria.

Los cuatro terminarán viviendo en el departamento de Juan (Ini), el único que cobra un sueldo.

La convivencia servirá para incentivar las taras de cada uno y la exasperación será casi el sistema de vida del cuarteto. Obra contada en primera persona, determina que el director Ini -en dupla con Héctor Díaz- ponga al personaje frente a la platea en plan de confesión y tiña al resto de un formato caricaturesco.

Con muy buenos momentos en cada uno, tiene en la sorprendente De Cousandier una madre que pasa de la seducción a la vileza con recursos nobles y en Vidal a una muchacha reprimida con estudiados tics, cuyos conocimientos prácticos nacen en las revistas femeninas.

Colaboran en la efectividad del espectáculo la música de Iván Wyszogrod, las luces de Magalí Acha y, sobre todo, la escenografía de Alicia Leloutre, al principio anodina como los primeros diálogos y luego dueña de funcionalidades inesperadas.

Una historia parecida, aunque jugada de un modo más lanzado, es la propuesta por "No hay que llorar", de Roberto "Tito" Cossa, una obra que nació a su pesar a la sombra de "La nona", donde otro cumpleaños y otra madre, ciertamente monstruosa, desatan la acción.

Con una ubicación social un tanto más bajo, un quinteto de desesperados -tres hermanos, dos de ellos con sus esposas- festejan el aniversario materno justo cuando la madre sufre una descompensación que hace suponer una muerte inminente.

En ese tránsito, tanto hijos como nueras desgranan sus avaricias y miedos a la miseria, hasta que unos ignorados títulos de propiedad revelan que la madre posee riquezas inesperadas que pueden salvar a los herederos.

En el medio hay lugar para reproches, mentiras, fingimientos y erotismos varios, incluso cruzados entre las parejas, con los que Cossa condimenta esa comedia asainetada, escrita en momentos de "guita fácil" (1980) que encandiló a parte de la sociedad argentina.

Hay un elenco parejo y aceptable -Victoria Aragón, Daniel Beniluz, Gabriel Daneri, Santiago Ríos, Adriana De Angelis, Sergio Theaux- que demuestra, en su segunda temporada, la pujanza de un tipo de teatro hecho a pulmón y sin grandes recursos materiales.

Algunos trazos gruesos afean la puesta, como ese cuarto de baño de pared semitransparente, y no siempre se evita la sobreactuación, pero el saldo es notoriamente positivo en un panorama independiente con demasiada soberbia.

Ni "El regalo de mamá" ni "No hay que llorar" hablan de política, pero la historia se filtra entre sus diálogos y delata aquellas formas de pensamiento de ese espectro social insolidario que imagina la vida fácil a cualquier costo.

"El regalo de mamá" se ofrece en la sala Luisa Vehil del Teatro Nacional Cervantes, Libertad 815, viernes y sábados a las 19 y domingos a las 18.30. "No hay que llorar" va en el teatro Belisario, Corrientes 1624, viernes y sábados a las 23.



Por Héctor Puyo.

Fuente: Agencia de Noticias Télam.
Fotos: Archivo.

CGCWebRadio® #SoloRockNacional #24Hora #OnLine


Vistas de página en total