Charly García volvió a festejar el miércoles, en el
Luna Park, sus 60 años y les pidió a los presentes que avisen a sus
amigos que no está loco; los Rolling Stones, ya en sus setenta, se
fotografiaron en el estudio parisino donde graban el álbum con el que
festejarán sus 50 años de carrera; mañana, la Televisión Pública estrena
un nuevo programa sobre rock emergente en el que anuncian a Virus (que
ya tiene más de ¡30! años de historia) para el cierre.
Todo en esta semana, como para dejar en claro que el
rock, hoy, es cosa de grandes, que el "género rebelde" se ha hecho
mayor, se ha apoderado de los espacios y deja poco lugar para el
surgimiento de lo nuevo. Lo nuevo, justamente aquello que fue bandera y
deseo en los orígenes.
Pero lo curioso, o preocupante, es la gran brecha
generacional que se ha formado entre los que están arriba y abajo del
escenario, entre artistas y seguidores. Hijos y sobrinos piden data: uno
quiere saber todo sobre la historia de los Who; otro pregunta sobre
Luca Prodan y el Einstein; el más chico es feliz con el ochentoso CD de
Graduados, la serie retro del momento, y a los otros les presentamos el
metal versión Heavysaurios. Leen a Kerouac y a Castaneda y la moda
punkie se apropia de los shoppings.
Por su lado, las bandas nuevas, en lugar de dar
batalla, reclamar atención o luchar a brazo partido por el
reconocimiento, también hacen reverencias al pasado: casi todas se
presentan y definen citando sus influencias en una lista de músicos que
podrían ser sus padres cuando no sus abuelos.
Fuente: LaNación
Foto: Web