“Sidra”, la nueva película de Diego Recalde, un éxito inesperado

Diego Recalde es el director de "Sidra", una película argentina armada a la manera de una fotonovela que, con un costo de producción de sólo 700 pesos, ha cosechado en su reciente estreno loas de la crítica y una buena concurrencia.


Novelista, actor, libretista de Roberto Pettinato y Sebastián Borenzstein, entre otras tareas, Recalde urdió una trama disparatada sobre cuatro desesperados que aspiran a ingresar al mundo de los famosos y logró, sin gastar un solo peso, que Gastón Pauls, Luisa Delfino y Federico Klemm aparecieran en su película.

"Ayer estuve en el Monumental y le pregunté al boletero cómo iba "Sidra", y me dijo que por ser una película argentina hacía tiempo que no tenían tanto corte de tickets", dijo Recalde a Télam sobre el éxito de su filme, estrenado en el único complejo que queda sobre Lavalle, antes llamada "la calle de los cines".

Justificó ese resultado en las buenas críticas aparecidas en los diarios "aunque como yo trabajo en radio, más TV, pude `chivear` casi en forma permanente; por suerte ando con bastante trabajo, al punto inusual de tener que rechazar ofrecimientos".

Recalde ocupa las mañanas de Radio 1 en "Zona liberada", con Martín Cicioli, y participa en "RSM", con Mariana Fabbiani, por América, a lo que agregará en breve un ciclo contra la discriminación, auspiciado por el Inadi, con Pedro Saborido, para Canal 7, y un otro con Bobby Flores que emitirá el canal MuchMusic.

"Este año me encontré con mucho trabajo de entrada -apuntó- y encima del placentero, del que me da orgullo y alegría hacer". Diferenció su película, que al ser con fotografías fijas tiene el notorio antecedente de "La jetée" (1962), de Chris Marker, en que ésta se narraba en tiempo pasado y "Sidra" lo hace en presente, "porque es una fotonovela sin el globito".

"Entonces tenés un tipo con cara de `¡Hola!` diciéndote `¡Hola!`, porque yo a esa foto le pongo la voz en off; ese procedimiento me permitió hacer la película más rápido sin tanto margen de error en el sinfín de problemas que uno se encuentra al hacer cine, y aparte achicaba los costos", narró.

Su obra le deparó una sorpresa: "La película causó más gracia que la esperada, yo no esperaba que fuese así. ¿Viste cuando una cosa puede salir mal o bien? Bueno, aquí salió mejor de lo esperado", definió.

Aunque ese resultado no lo satisfizo del todo: "Tenía que buscar algo más y por eso se cuenta la historia de cuatro tipos que quieren formar parte de `la movida` y, al contrario, aparecen en movimiento personas que son reconocidas, que tienen un nombre o que son simplemente famosas".

Esa es la parte que corresponde a Pauls, Delfino y el recordado Klemm. "Son personas que tienen mayor capacidad de pago por el hecho de pertenecer y por eso están en movimiento, el lugar donde los otros quieren estar; y el lugar de la quietud nada mejor que contarlo con fotos", sintetizó.

"La foto da una imagen perfecta de quietud, aunque la película es muy dinámica, por momentos te olvidás de que son fotos -señaló-. Entonces generé un fenómeno que no queda atado a mero divertimento por la gracia de la foto parlante." De ese modo "la historia es rica porque plantea un tema que a mí me obsesiona, que son los conflictos sociales. ¿Qué pasa cuando uno nace en un lugar con más posibilidades y otro tipo nace donde, con suerte, tiene solamente una?", remató.
Fuente: Agencia de Noticias Télam.
Foto: Archivo Télam.

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